
Hoy en día todo el mundo cuenta con una cuenta de correo electrónico propia, personal y/o profesional que hace las veces de buzón postal online y que nos sirve para informarnos, comunicarnos y poder acceder a distintos servicios de la esfera pública y privada.
Para ello, la inmensa mayoría de los internautas cuenta con cuentas gratuitas cedidas por gigantes de la comunicación que prestan su dominio y que nos permiten agregar un nombre de usuario para así podernos manejar con nuestro correo electrónico de manera privada.
Para los menos puestos en la materia, hay que diferenciar dos partes que conforman el email o correo electrónico. Por un lado encontramos el usuario, que sería la primera parte que encontramos antes de la arroba (@) y por otro el dominio, aquello que aparece tras la arroba.
En cuanto al primer campo este puede ser nuestro nombre, nick o nombre de la empresa, entre todas las opciones disponibles, eso sí, y aquí viene la problemática, no ha acudido antes otra persona o empresa y nos la ha arrebatado con anterioridad.
En el segundo campo, el del dominio, encontramos otras dos pequeñas partes. La primera la que hace referencia a la empresa que nos presta su servicio como por ejemplo Gmail correo electrónico, y la segunda el subdominio, es decir, las terminaciones propias de cada país. Una vez adquirido podemos acceder a nuestro panel haciendo click en Iniciar sesión en Gmail, como sería en este caso.
Como hemos estado viendo, una de las grandes problemáticas que se nos presenta es, por un lado, la complicación de obtener el nombre de usuario deseado, y por otro, el hecho de anclar nuestro user a un dominio determinado que en los casos de los profesionales no encaja con la imagen que se desea ofrecer.
Bajo este dilema, muchos profesionales y empresas -cuando no particulares- han decidido crear un email corportativo con el que manejarse en el mundo laboral, y en paralelo al correo personal, con el que mostrar la máxima confianza y profesionalidad a nuestros clientes.
Las ventajas de contar con cuentas de email con un dominio propio son muchas y es por eso que aquí nos disponemos a narrar las más interesantes:
La primera de ellas es la que hace referencia a la posibilidad de dividir las distintas cuentas de una empresa en los distintos departamentos que la integran y para cada uno de los trabajadores, lo que permite organizar y personalizar las comunicaciones tanto dentro de la misma como para con los clientes y las consultas de estos.
Una segunda es la posibilidad de generar ‘usuarios redireccionados’. Estos no son otra cosa que aquellos mails destinados a dotar de imagen un negocio y que redireccionan a un correo principal. Por ejemplo, si nosotros como empresarios contamos con un mail con dominio propio que se llama miguel@miempresa.es y otro para manejarnos con clientes nombrado info@miempresa.es, todos aquellos mails que se envíen al segundo los podremos manejar desde el primero.
Otra es la que permite realizar listados de mails lo que supone el envío múltiple y/o fragmentado a clientes, trabajadores o como queramos organizarlo una vez hemos trabajado en la organización de nuetra ‘Mailing List’.
Además, como comentábamos al principio, la posibilidad de hacer branding y hacerlo desde la seriedad, la profesionalidad y la confianza se antojan clave para empezar con buen pie cualquier tipo de negocio.
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