
El marketing en su concepto original procura llevar a cabo estrategias comunicativas para dar a conocer una empresa, negocio o marca. En el caso del marketing relacional se refiere a tácticas que se enfocan en mejorar esa comunicación que debe haber entre vendedor y cliente, para fomentar la fidelización, hasta el punto de que éstos se conviertan en los mejores embajadores y promotores de los servicios o productos que se ofrecen.
Al tener una buena relación con las personas, será más sencillo obtener algo, sea lo que sea; si no te conocen es probable que no obtengas ninguna respuesta. Si esta analogía la trasladamos al mundo empresarial y los negocios, el marketing viene a ser ese canal comunicativo que necesitas para darte a conocer, de forma que el marketing de tipo relacional será el que fomente una verdadera conexión, que no sólo te llevará a obtener ese “algo”, sino que podrás llegar a obtener un poco más y por mucho tiempo.
En este punto juega un papel fundamental el marketing relacional, y su objetivo principal se basa en la fidelización del cliente, puesto que se trata de conocerlo y desarrollar una mejor relación, bien antes de solicitarle que compre o pruebe tu producto, o que lo vuelva a comprar siempre que lo necesite.
Entonces, se puede aseverar que el marketing convencional se centra en el producto y el relacional en el cliente, para lograr que el mismo te conozca en profundidad y así sostener una relación duradera y estrecha a largo plazo en el tiempo.
Si bien es cierto que ahora el marketing en general se centra en aportar contenido de valor y no en solo promocionar productos, al poner en práctica las estrategias del marketing relacional, lograrás mejores conversiones, porque todos sabemos lo difícil que es captar un cliente, como para dejarlo ir justo después de la primera compra.
Éstos son algunos de los aspectos más importantes del marketing relacional y por qué es considerado entre los expertos como la mejor estrategia para que los clientes se conviertan en los mejores promotores de una marca o negocio.
Conocimiento, interés y confianza
Estos tres aspectos conforman la base del marketing relacional, ya que permite comprender la evolución o el proceso de las relaciones que se pueden entablar con los clientes potenciales o el público objetivo.
Un cliente, antes de comprar necesita pasar por la etapa de conocerte, decidir si realmente está interesado en tus productos o los servicios que prestas, para luego depositar su confianza en ti y lo que ofreces. Estas etapas llevan un tiempo, por lo que se necesita desarrollar buenas relaciones con el público.
Recuerda que en estos tiempos, los usuarios ya no se centran tanto en comprar productos, sino en comprar valores, historias y experiencias. Bajo esta motivación, el marketing relacional se está convirtiendo en una estrategia más importante y efectiva.
Diferencias entre el marketing relacional y el tradicional
La principal diferencia entre ambos tipos de marketing es el nivel de comunicación personalizada que se tiene con cada cliente. Mientras que el tradicional va dirigido a amplias audiencias con un mismo mensaje, en ocasiones un poco segmentado pero no lo suficiente, el marketing relacional funciona de manera distinta, estableciendo una conversación más directa y personalizada con cada cliente y, sobre todo, en el momento justo y más conveniente.
Por lo general, el marketing tradicional se centra en alcanzar objetivos a corto plazo, como bien puede ser la venta de un producto a través de promociones u ofertas especiales de temporada. El marketing relacional se ocupa de tratar con sus clientes y establecer una relación a largo plazo, ya que el objetivo que persigue es generar confianza para productos cuyo proceso de compra es mucho más complejo.
Por lo tanto, en estos casos es más importante aumentar la retención, así como ampliar el valor a tus clientes. Porque, al fin y al cabo, puede resultar menos costoso mantener a un cliente que obtener uno nuevo.
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