
Sin duda alguna vivimos en una época compleja para los profesionales del marketing. Las reglas del juego nunca han cambiado tanto ni tan rápido como lo están haciendo en los últimos años con la altísima penetración de la tecnología y el acceso a internet en los más jóvenes y eso obliga a un esfuerzo extra por parte de todos nosotros.
En este post de hoy vamos a tratar de poner el foco en un nicho muy determinado con sus particularidades y con los que parece no valer lo puesto en marcha hasta ahora. Hablamos de la Generación Z, es decir, los jóvenes nacidos a partir de 1995 y que representan nada menos que el 20% de la población. Es decir, casi 10 millones de españoles, lo que los convierten en un público muy a tener en cuenta.
Lo primero que debemos saber de ellos, a raíz de los informes que se van publicando es que se trata de un público con muchas diferencias en relación con sus antecesores, los Millenials, llamando la atención que, a estos, no les hagan tanta gracia como nos pasaba a las generación previas las marcas que buscan protagonismo y presencia exagerada en los medios de comunicación.
Una de las diferencias más palpables respecto a los Millenials es que, si bien ambos se ven de alguna manera orientados por los influencers a la hora de decantarse o rechazar un determinado producto o servicio, a estos no les acaban de convencer los influencers tradicionales, apostando más por perfiles ‘más reales y mundanos’ que las estrellas del marketing de influencias.
Muy atraídos por la información audiovisual, la Generación Z, según un último informe de SEU, es la más preparada para descifrar mensajes destinados únicamente a vender sin aportar valor añadido siendo especialmente reacios a la idea de recibir mensajes estrictamente de mercadeo. La mejor forma de evitarlo, aseguran, es ser original y transparente.
Calificados como uno de los grupos de edad más complejos, dada su sabiduría y control en cuanto a las nuevas tecnologías, la Generación Z ha nacido en un contexto digital muy claro y con una base de conocimiento, gracias a internet, tan vasta que obliga a ir de cara con ellos si se quiere triunfar en una estrategia de marketing.
Cuentan otros estudios que tres de cada cuatro Z cuidan muchísimo su estética, tratando de buscar una imagen única despojándose, por otro lado, de ideas como la de acumular dinero y posesiones y dedicándose más a vivir el momento a través de experiencias, lo que nos debe llevar a buscar marketing experiencial para acercarnos a su interés.
Hacerles sentir bien con una compra, no hacerles esperar en los procesos, y ofrecerles toda la información del mundo en cada web de ecommerce serán algunos de los elementos que les empujen o alejen de una compra online, dado que su preferencia por este tipo de adquisiciones respecto a la tradicional es más que evidente.
El reto de los profesionales del marketing tiene un nuevo reto con la Generación Z y quien no sepa cómo llegarles estará completamente perdido.
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