
Una de las consecuencias que está teniendo la democratización de internet, trayendo consigo una comunicación horizontal las empresas y sus consumidores y entre los líderes de opinión y sus seguidores, es la creación de nuevos roles y protagonistas del espacio web cuya presencia nos obliga a tenerlos cada vez más en cuenta.
Eso es lo que sucede con los blogueros que han decidido hacer de sus conocimientos y/o aficiones un avatar desde el que ofrecer su opinión a otros posibles interesados en la adquisición de según qué productos o en la probatura de según qué servicios avalada por su ‘background’, sirviéndose de su bagaje y experiencia.
Conocidos también como reviewers, estos realizan críticas de nuevos productos de las marcas, de propuestas gastronómicas de restaurantes, de locales de moda y las que, como no, también se unen a las de cine y música, entre otras actividades culturales, que también tienen su espacio en este planeta de las reseñas de usuarios que tiene a las distintas redes sociales, Facebook, Twitter, Instagram, y sobre todo Youtube, como herramienta capital.
Ya sea a través de un formato personal, poniendo rostro y nombre tras cada opinión, como aquellos que lo hacen desde un perfil original en el que son varias las personas que se apuntan a testar y escribir sobre sus primeras impresiones con ‘lo nuevo’, lo cierto es que el resultado de estas nuevas críticas está teniendo, a tenor de distintos estudios realizados en varios países, una repercusión mucho mayor en muchos casos que las que se realizan desde los grandes escaparates informativos que suponen los medios tradicionales.
La popularidad de estos comentarios está estrechamente vinculada por el cambio en los hábitos de unos consumidores que viven cada vez más pegados a internet y que ven, en estos reviewers una suerte de analistas objetivos -a diferencia de lo que se piensa muchas veces de los profesionales de la reseña- capaces de aportar una ‘social proof’ que puede convertir una nueva apuesta empresarial en un éxito y, por contra, cuando no se responde a las expectativas de los usuarios, en todo un fracaso antes de que el producto o servicio en cuestión haya sido probado por una gran mayoría de su target.
Estamos pues ante un voto de confianza que estos influenciadores se han ido ganando a través de muchas opiniones que respaldan el apoyo de sus seguidores y que, según estos estudios de lo que hablamos, dirigen cada vez más el sentido de las compras del público objetivo de cada nueva oferta que ve la luz.
Hay que tener en cuenta, también, que la llegada de e-commerce, o comercio electrónico, así como de los nuevos sistemas de seguridad a la hora del pago con tarjeta en la red de redes, ha supuesto una nueva forma de comprar ‘a ciegas’, sin ver en persona y tocar el producto, que en un principio parecía imposible pudiera llegar a tener la penetración que viene teniendo… y que se le adjudica tendrá según los especialistas en este campo.
Así pues, las revirews online y los unboxing se han convertido en los sentidos de unos consumidores cuyo perfil es cada vez menos el de los conocidos como millenials -nacidos en la era de internet- y cada vez más heterogéneo quedan, en gran parte, influenciados por la publicidad y las buenas experiencias al respecto de la gran mayoría de compradores en internet.
No obstante hay que dejar claro que, con esto y con todo, los mismos estudios revelan que los consumidores todavía son claramente partidario de ver y tocar los productos en tienda antes de decantarse por adquirirlos vía internet. Sin embargo, en el capítulo de los servicios, tanto las reseñas de los líderes de opinión como las vertidas en los fotos por todo tipo de usuarios, se han convertido en la principal vía de información junto a la institucional facilitada por las empresas que ofertan sus servicios, tanto en internet como en el punto físico de venta cuando este existe.
8 de cada diez consumidores se informa en internet antes de comprar
A este respecto, según el CMO Practice de Forbes Media, ocho de cada diez compradores tanto en punto de venta físico como en internet, acude a la información facilitada por clientes que ya han testado el producto antes de ejecutar la compra.
Con todo esto, las empresas, que no sólo no son ajenas sino que cada vez están aumentado su presencia en internet y aumentando sus partidas de marketing online, son conocedoras de la importancia de saber jugar en esta nueva realidad en la que se juegan el futuro de muchos de sus proyectos, lo que les obliga a estar encima de todo lo que les atañe y que les puede promocionar o comprometer con la red como punto de partida.
Es por eso que, además de los reviewes de a pie, que no sacan un rendimiento económico de sus reseñas, ha aparecido la figura de los influencers, cuyo peso es mayor que los primeros y cuyo contacto con los departamentos de comunicación y marketing de las empresas del sector en el que se manejan es de lo más habitual.
Ofrecerles sus productos o servicios sin coste o incentivar una reseña a través del pago de un incentivo se está convirtiendo también en una comunión habitual entre influencers y marcas. Tanto estos como los otros generan opiniones cercanas que son, a la postre, mucho más valiosas y relevantes.
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